Sunday, March 31, 2013

Seguridad en las escuelas

Tras la masacre de niños de primero, las maestras, psicóloga y directora en la escuela de Newtown, el distrito escolar donde vivo decidió realizar cambios en el modo en que se entra en las escuelas. Normalmente, las puertas principales permanecían abiertas todo el día, pero se realizaron cambios y cada escuela decidió iniciar diferentes maniobras.

El High School ahora tiene las puertas cerradas durante el día y han colocado a una persona que las abre cuando ve que alguien se acerca y necesita entrar. Esa misma persona se encarga de apuntar el nombre de la persona que entra en una lista de visitantes. No se entiende muy bien la seguridad que aporta una persona en la puerta más que ser la primera víctima en caso de que haya un ataque. El Middle School tiene también a una persona que recibe a los visitantes, pero las puertas permanecen abiertas y, según un malogrado diseño, las puertas dan directamente a la cafetería de la escuela donde, durante las horas de la comida, se juntan cientos de estudiantes. Las escuelas primarias en general cierran sus puertas y algunas tienen un sistema electrónico que sólo alguien de la oficina de la entrada puede accionar y abre las puertas que dan a las aulas. Dicen que durante el verano van a realizar más cambios. Esperemos que coloquen algún sistema de interfono, como si fuera un edificio de apartamentos.

En general las escuelas en Estados Unidos se diseñan para que sean lugares abiertos, muchos patios de recreo ni siquiera tienen verjas, igual que ocurre con las casas. Unas grandes puertas conducen directamente a las oficinas principales y a las aulas, todo fluye, los niños van y vienen por los pasillos, los maestros y ayudantes también, así como los voluntarios y los maestros de educación especial con niños en carritos o bicicletas, siempre hay mucho movimiento. Un panorama muy diferente de cómo recuerdo mi escuela en Madrid. Los horarios eran siempre muy rígidos y estábamos sentados en el aula todo el tiempo, nada de ir solos a la biblioteca, asistir a estudiantes más pequeños o levantarnos de nuestros asientos para realizar un rompecabezas si habíamos terminado antes que el resto un problema de matemáticas o un texto. Además mi escuela era como una fortaleza medieval con miles de verjas altísimas de metal y una caseta a la entrada por la que no se colaba absolutamente nadie bajo la atentísima mirada de la portera, Conchita, una mujer diminuta pero de mirada matona.

La idea de cerrar las puertas y fortificar las entradas les parece a los maestros y directores de las escuelas de Estados Unidos algo tan extraño que no se lo suelen ni plantear y además les parece algo horroroso, ya que la filosofía es que la escuela es un lugar público, tan abierto como una estación de autobuses, trenes o un aeropuerto. Pero el mundo ha cambiado y deben reconsiderar esta filosofía para lograr que los niños estén seguros en la escuela y que los enfermos mentales, los deprimidos o los pervertidos no puedan entrar y matar. Ya dije yo cuando ocurrió la matanza de niños en Newtown que no creía que se lograrían grandes cambios en cuanto al uso de las armas, cosa que lamentablemente se cumplió y el gobierno de Estados Unidos es incapaz de moderar la venta de armas. De todas formas, de haberlo logrado, el arsenal de armas en manos de todo tipo de gente en Estados Unidos es tan inmenso que resulta imposible pensar que la ciudadanía va a tener menos armas, ya que ya las tienen.

Al poco de realizar los nuevos cambios en las puertas de las escuelas de nuestra ciudad escribí un artículo para el periódico local, que reproduzco más abajo, está en inglés, en el que escribo sobre la política que realmente puede ayudar a que haya menos matanzas y es, en mi opinión, el apoyo psicológico en las escuelas a tantos niños que sufren en silencio. Las escuelas son un hervidero de problemas para tantos estudiantes para los que ir a la escuela es un verdadero calvario, ya que no saben o no pueden enfrentarse a las relaciones sociales y emocionales con otros niños. Los profesores y los otros estudiantes muchas veces no saben cómo relacionarse con niños con problemas psicológicos o emocionales y es muy importante estar atentos y que profesionales sepan qué hacer si un niño o una niña empieza a sentir que no está incluido en ningún grupo. No todos los estudiantes solitarios acaban matando a sus compañeros pero en casi todos los historiales de los chicos que acaban matando a niños en las escuelas suelen incluir el sentirse apartados y solos.

Ahí va el artículo tal y como se publicó el 13 de febrero de 2013:

Trying to make sense of violent attacks on children
Like most of us I am puzzled as why schools are the target of violent attacks. Since the horrendous Sandy Hook shootings the question is in my mind even more present than before being a mother of small children.
I think I may have a partial answer.
Growing up is a hard activity. Our bodies go through major physical changes. Our brains are getting all the connections ready and fired up for learning. Friendships need to be developed and maintained. And strict behavior rules need to be memorized and followed. With all the growing happening schools can also be very difficult places.
Hearts are being crashed on a daily basis when friends give you the cold shoulder and refuse to play with you at recess. Children are very frank and will say things that may upset their classmates. Feeling behind in math or reading can be a tremendous burden for some children.
Later on, after the elementary years, we have to add puberty and dating. The emotional muscles are fragile ones and when they break they don´t feel sore as a ligament would if injured during soccer practice. The emotional aches are hard to define and communicate. Some children are capable of better communicate to their parents, siblings, peers or teachers about their troubles, while others cannot and keep the pain deeply inside. But the pain doesn´t go away by itself, we need to deal with it.
If we add mental illness to the mix then we are in a really difficult territory. Most of us - parents, siblings, educators and friends - don´t know how to help people with deep psychological issues. Most of us will stay away from the children who exhibit troublesome behaviors while the schools struggle to help or fail to notice any problems. The emotional issues at school are hardly part of the curriculum but very much present among the students.
Some individuals may hold a grudge against those very important and difficult formative years. Their grudge may be strong and ill enough to sick revenge killing other children that may in turn be experiencing difficulties at school themselves.
Most of us overcome childhood difficulties, even bullying, by finding a good job to boost our self esteem or the right partner to support us emotionally.
It is hard to prevent an attack created in the dark regions of our human pain. I am afraid gun control laws will have a marginal effect and the violent games and movies are not going to disappear.
What´s left?
Properly fund school psychologists and social workers by increasing their numbers in each school and fortify the entrances to the schools to protect our children.
The recent letter sent by Northfield School District Superintendent and many Principals about the new school security measures in our schools shows a willingness. Thank you to the schools for doing whatever possible to keep our children safe.

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