Thursday, December 27, 2012

La vida errante del escritor

Se acaba un nuevo año y sigo mi vida de escritora con trabajos que no llevan a ninguna parte salvo a proporcionar un suelo pequeño a la espera de lograr publicar algún día. Pero ahí está el dilema. Si se trabaja para ganar dinero y no se tiene tiempo para escribir, la meta de publicar se aleja cada día un poco más. Pero si no se trabaja para ganar dinero cómo superar la ansiedad que la falta de la tan codiciada independencia económica provoca, una ansiedad que es pésima para ponerse a escribir porque lleva a un absoluto bloqueo.

                             2012 2013


Deseos para el nuevo año hay muchos:

-Que se acaben las malditas guerras. No se me olvidan las palabras de Julio Anguita cuando murió su hijo Julio Anguita Parrado, periodista al que tuve el gusto de conocer en un viaje enigmático y mágico a lo fue el Sáhara español, y que murió en la invasión a Iraq en Bagdad, el año 2003, con apenas 32 años. Julio Anguita dijo entonces "Malditas las guerras y malditos aquellos que las hacen".

-Que las armas no maten a niños ni a nadie. Todos los que vivimos en Estados Unidos, con hijos que van al colegio y máxime con niños pequeños, mi hijo pequeño tiene 6 años y va a primero, como los malogrados niñitos de la escuela Sandy Hook en Newtown, vivimos con la angustia de saber que las matanzas por armas en este país son demasiado numerosas. Y lo más irónico es que muchas de estas matanzas ocurren en lugares pequeños y tranquilos que parecieran la postal de la tranquilidad y seguridad. Yo vivo en una de esas ciudades donde nunca pasa nada y espero que siga sin pasar. Claro que son demasiados los niños que mueren por culpa de las minas enterradas donde juegan o por el fuego cruzado de enfrentamientos que ni entienden ellos ni entiende casi nadie.

-Que el deterioro ambiental por culpa del ser humano se detenga y el frío vuelva al hielo y el nivel del agua a los saludables números que tenía antes de la revolución industrial. A todos los que se compren demasiados teléfonos de última tecnología se les debería obligar a limpiar los bosques de basura, por ejemplo, para equilibrar la balanza un poco, ya que si por un lado contribuyen a la basura industrial, por el otro que contribuyan a mejorar algo.

-Que la libre circulación de personas sea tan fácil como la de las mercancías. ¿Por qué una persona tiene menos derechos que una camiseta? Si la camiseta puede llegar desde China en un contenedor a todas partes, por qué no puede un mexicano instalarse en Estados Unidos, un marroquí en España o un albanés en Italia y a la inversa, un estadounidense en México, un español en Marruecos o un italiano en Albania. El sinsentido de las banderas, nacionalidades y ciudadanías no hace más que dividir lo que por naturaleza no lo está, al fin y al cabo todos somos seres humanos, creados y hechos de la misma materia, eminentemente de oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, calcio y fósforo.

-Que la felicidad se entienda como un trabajo al que hay que dedicarle horas y esfuerzo. La felicidad no nos llega, la hacemos, cada día, poco a poco.

-Para mí simplemente deseo seguir como estoy y si acaso publicar, que ese hecho no me daría la felicidad pero me proporcionaría bastante alegría.

Ahí queda dicho, no es nada y lo es todo. Deseos para el nuevo año, para todos los años, sobre todo ahora que ya hemos superado la absurda lectura del antiguo calendario maya como el fin del mundo el pasado 21 de diciembre de 2012. Ya que el mundo no se acaba, a ser felices y a ser mejores.